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¡Oh dios mío, está infectado!
Tristemente, la censura es una enfermedad contagiosa muy difícil de curar. Basta con que censuren una cosa para que esta empieza a infectar de censura al resto de cosas afines, ha pasado con las revistas, ha pasado con el Software y parece que pasará con Internet. Al menos, siempre nos quedará nuestra imaginación pues sólo…