Lo peor de un sueño es cuando toca despertar.

Yo tuve un sueño.

No recuerdo que lo empezó exactamente, pero si recuerdo esa sensación de que algo no funcionaba bien. Recuerdo a unos chicos viniendo buscando representantes, recuerdo como salieron elegidos los que más amigos habían echo en una semana y recuerdo como no volvimos a saber nada de los elegidos unas semanas después. También recuerdo como sentíamos que nadie nos protegía frente a ciertas arbitrariedades, recuerdo un suspenso por no ajustarse a las plantillas de soluciones y recuerdo un 5 por no discutir unas soluciones que el profesor no entendía so amenaza de 0. También recuerdo como pese a mi interés en participar la siguiente elección se hizo sin previo aviso y cuando no estaba.

Recuerdo que quise cambiar eso, y recuerdo como quise mostrar mi descontento motivando a la gente a votar en blanco, recuerdo la bronca que me cayó después por violar las normas y desperté.

Entonces tuve otro sueño, si quería enfrentarme al sistema iba a tener que jugar con sus reglas, y para ello había que apuntar alto. Formamos un equipo de 3 personas (el mínimo para poder entrar en él) y hicimos  una parodia del sistema, lo llamamos el Partido Apático nuestro lema: “si no hacemos nada no la cagaremos”. La cosa arrancó algunas risas pero a la hora de la verdad esos mismos representantes elegidos en oscuras circunstancias decidieron que nuestras ideas no valían la pena. Tocó despertar de nuevo.

Pero volví a soñar, otra persona me explicó como los que habían ganado lo habían hecho a base de puñaladas, y me explicó que si queríamos cambiar las cosas no bastaba con apuntar a los mas alto del sistema sino que había que infiltrar gente en todos los niveles. Sabíamos que el nivel más bajo estaba muy corrompido y infiltrar gente en los mismos sería complicado, recuerdo como tras mucho esfuerzo logramos ganar, y al parecer fue porque nuestras ideas habían gustado. Sin embargo, a pesar de todo, acabamos perdiendo, las personas elegidas en dudosas circunstancias en los niveles más bajos seguían siendo más. Pero, aún no estaba perdido, esta vez algo se había ganado y aún tenía posibilidades de luchar. Recuerdo reuniones en las que lo único que se hacía era comer y acatar los acuerdos de los elegidos entre los elegidos. Recuerdo el miedo que inspiraba por mi actitud agresiva y mi conocimiento de los reglamentos, recuerdo al máximo representante ser incapaz de responder a mis argumentos y recuerdo como cambiaba mi personalidad cuando me ponía una corbata. También recuerdo como los que habían ganado me ofrecieron entrar a hacer un trabajo que nadie quería hacer y como por circunstancias de la vida no les quedó otra que aceptarme por ser el único con los conocimientos suficientes. Recuerdo como me empecé a distanciar como empecé a salir de fiesta y a alejarme de aquellos que me habían votado o bien por estar muy ocupado o bien por dejarme corromper, recuerdo como descubrí que el poder corrompía y que nada cambiaba pues el sistema estaba echo para ello y me volví a despertar.

Recuerdo entonces como recibí una beca para irme a otro país, recuerdo como creí ver mi sueño realizado, los representantes eran elegidos directamente por los representados y como el sistema disponía de sistemas para reemplazar a los elementos que cometían arbitrariedades, recuerdo como las instituciones estudiantiles eran independientes y como  los representantes disponían de las facilidades necesarias para dedicarse en exclusiva a ello, también recuerdo como eran gente cercana a las que podías hablar en cualquier momento. Sin embargo, recuerdo como se financiaba a asociaciones no democráticas que se vendían como una forma de fomentar intereses pero resultaban ser cerradas a aquellos que no les gustaran. Recuerdo haber presentado uno de los mejores currículums para entrar en una de ellas y haber sido rechazado por no poder pasar los 5 años que se requerían por ser un estudiante extranjero. Recuerdo haber presentado otro a otra asociación y como pese a los carteles, anuncios y las promesas de responder nunca llamaron, al parecer por ser extranjero. Entonces volví a despertar, quizás el sistema no estaba tan corrupto como el otro pero seguía estándolo y cambiar este era aún más difícil, pero ya estaba cansado habían sido 5 años de lucha y había cosas más grandes e importantes por las que luchar.

Esta entrada está inspirada por Y así nos luce el pelo de mi colega imobilis y está basada en hechos reales.